martes, 10 de junio de 2008

Crónica de un desastre anunciado

Volví de la reunión de ayer leyendo en el tren el documento que el PCE y otros habían propuesto para la subcomisión de documentos políticos. Acababa de llegar por correo electrónico y como terminamos pronto me dio tiempo a subir a un despacho para que me lo imprimieran y echarle un ojo. No conozco aún lo que plantean desde otros lados (más allá de manifiestos y demás), pero me reafirmó en mi idea de que, si no había consenso para un único documento, era porque alguien no quería. Es un buen documento de 30 folios, y en mi opinión pueden ser polémicos los dos o tres primeros y los tres o cuatro últimos. Todo lo demás, evidentemente, muy enmendable dentro de un sano debate político e ideológico, pero como cuestiones espinosas solo eso; no está mal, ¿no?

Se me presentaba la duda entonces de si no habría sido cerrazón de los otros sectores el no haber asumido esos planteamientos como base, negociando la exclusión de tal o cual apartado o alguna expresión gruesa. Tiene pasajes que resultan evidentemente redactados como un documento de parte, pero podrían haberse revisado y que posteriormente esos sectores hubieran intentado volver a introducirlos en forma de enmienda. Pero, claro, si había sido cerrazón ante ese papel, no tenía mucho sentido que fueran precisamente los otros sectores los que más empeño mostrasen en que hubiera un solo papel. Me dio entonces la sensación de que era una lucha por quién ponía el "texto base" para no mostrar debilidad.

Mala clave de funcionamiento, pero resulta que tampoco era eso. A primeras horas de la mañana, una de las personas que estaban reunidas hoy para intentar un acuerdo en última instancia me avisa por SMS de que el sector más vinculado al todavía Coordinador acepta que el texto sobre el que se trabaje sea el que leí en el tren. Buena señal: quizás me guste menos el resultado (mis afinidades son conocidas), pero al menos este punto de partida hace casi imposible de evitar el auerdo.

Pero igual que dos no pelean si uno no quiere, tampoco se ponen de acuerdo si alguien se niega. Según he sabido después de la reunión, y no precisamente de nadie cercano a Gaspar Llamazares, esa primera concesión no ha sido suficiente y no se han aceptado enmiendas de dicha parte. Dicho en plata: se ha preferido que no hubiera documento de consenso a pesar de que se basara en su texto inicial. No ha habido voluntad de sacar los temas espinosos para tratar de introducirlos posteriormente en enmiendas, y se ha preferido que sea el Consejo Político Federal el que dirima la cuestión. Ahora bien, en la reunión del viernes, la Comisión tendrá que ver cómo soluciona esta anómala situación, porque presentarse sin un documento de consenso supone presentarse sin el principal de sus deberes hecho.

De forma un tanto ilusa en algún momento llegué a pensar que el ponernos de acuerdo en otras cosas pero no en las tesis políticas era algo bueno. Estamos peleándonos por política, al fin y al cabo, todo un avance respecto de otras Asambleas donde parecían secundarias las tesis y no importaba que hubiera un solo documento para tener dos o más candidaturas. Pero no se trataba de esto; simple y llanamente eran el terreno de batalla elegido, como en otras ocasiones ha sido la votación de la mesa o el informe de gestión.

Hoy, no puedo evitar mojarme. No me mojo por mayor o menor afinidad, cosa que hago pero al margen de mi participación en la Comisión, sino porque me parece una burla haber estado mareando la perdiz durante meses para llegar a un resultado que podía haber sido el mismo si la dirección hubiera presentado sus papeles y quien quisiera hubiese medido fuerzas con un texto alternativo. Creo que, tal y como estamos, no nos podemos permitir esto. Si fuera por diferencias políticas reales, lo entendería; siendo por tacticismo, me desilusiona.

Comisión Unitaria 9 de Junio

De nuevo en el AVE hacia Madrid para la que se preveía como última reunión para finiquitar los documentos. Con malos presagios, ya dije, pero nunca se sabe.

Cuando llegué se hablaba de la parte organizativa y la cosa había resultado tal y como se esperaba: algunos cambios con consenso (sobre todo mejoras de redacción y clarificación) y acuerdo en estatutos y reglamento. Mientras tanto, repaso de asistencia: Miguel A. Gómez, Fernando Sánchez, Marga Sanz, Amanda Meyer, Willy Meyer, Javier Alcázar, Joan Josep Nuet, Manolo Cámara, Francesc Matas, Montse Muñoz, Miguel Nuin (Navarra), Antonio Cortés, Ángel González, Patricia Luquin (Aragón), Carlos Penit y Cayo Lara. Había una compañera más a la que no conocía.

Pero en la parte del documento político, Nuet nos comentó que había sido imposible llegar a una propuesta de documento marco sobre el que trabajar. El debate se estancó en tres posiciones:

  • la de quienes consideraban que no cabía la posibilidad de que no se sacara un documento de consenso, por muy de mínimos que fuese. Pedro Chaves llevó un documento a tal efecto, recogiendo aportaciones de textos de otros sectores, pero que no se llegó a tratar en la reunión.
  • la de quienes consideraban que era imposible el consenso, ya que partían de un documento pactado entre varias sensibilidades (que tampoco se trató, pues aún no estaba; se recibió por la tarde) y que por tanto, en su opinión, no era susceptible de ser cruzado con otros. Es similar al que se ha publicado como el resultado de la reunión del 31 de mayo, aunque allí fue presentado, sin que nadie matizara, como el del PCE más las federaciones de Valencia y Andalucía.
  • la de quienes deseaban un consenso, pero no querían forzar la situación. Eso sí, anunciaban (el propio Nuet) que, de no ser posible, no habría dos documentos sino tres, aunque Cámara se distanció de esto último.

Se había quedado en que al día siguiente hubiera una última reunión para intentar llegar a un acuerdo, y en su defecto, pactar en cualquier caso cómo llevarlo al CPF para evitar una confrontación y un debate caótico.

Hubo un montón de intervenciones sobre este punto. Algunas de las que apostaban por varios documentos señalaron como una de las causas de imposibilidad de consenso el hecho de que surgieran manifiestos durante el proceso. Me llamó la atención la intervención de Willy Meyer, al que no sé si interpreté mal, pero dijo algo así como que "el 14 de junio iba a ser el punto de inflexión a partir del que se iba a tener una nueva línea política y una nueva forma de dirigir IU". Se admiten apuestas. Desde el otro lado se señalaba que la imposibilidad de consenso no era real y que era una opción táctica, legítima, pero no beneficiosa. Se barajaba en las intervenciones desde el ir con los documentos que hubiera, hasta no llevar ninguno, aplazar el Consejo, que fuera la dirección la que presentara un papel y allí se presentaran alternativas...

Me dio la impresión (aunque soy muy novato en esto) que lo que acabó de decantar la reunión fueron las intervenciones de Cayo Lara (por ser una persona no muy definida y respetada por todo el mundo) pidiendo que se sacara un único papel por respeto a la militancia y al resto del trabajo de la Comisión y la del representante de la CUT (también "no alineado") diciendo que ellos se quitaban de en medio, pero que los dos grandes bloques llegaran mañana a un acuerdo. Nuet acabó resumiendo dejándolo para la reunión del día siguiente y proponiendo un método que conugara ambas posibilidades: un papel único que recogía todo lo que podía ser común, y así se había señalado en la subcomisión (las partes de globalización, análisis internacional, etc. y otras más de contenido general son bastante coincidentes) y recoger el "no acuerdo" y las diferentes posibilidades en los temas espinosos (política de alianzas, causas de la crisis electoral, etc.). Veremos qué sacan hoy.

Eso sí, en las últimas intervenciones, los que no habíamos estado por la mañana nos enteramos de que todas las partes habían coincidido ampliamente en que debíamos ir a un proceso de refundación y cómo debería ser. No es mal avance; aunque ya lo pusiera en todos los papeles, ya era hora de trasladarlo a los órganos para que haya un impulso y se lance alguna señal mínimamente ilusionante. Yo solicité que eso se hiciera público para que la afiliación recibiera alguna buena noticia que pudiera ilusionar, porque hasta ahora solo se había ido diseñando una Asamblea normal y corriente. Todo el mundo estuvo de acuerdo.

Y con esto nos cepillamos la reunión en poco más de dos horas. Y a esperar a que, a la mañana siguiente, obrara el milagro.

lunes, 9 de junio de 2008

El momento decisivo

Esta mañana se reúne la subcomisión organizativa y de nuevo me es imposible ir. Me acercaré por la tarde al Pleno de la Comisión donde deberíamos aprobar ya la propuesta definitiva de documentos para que los debata el sábado el Consejo Político Federal. ¿Seremos capaces?

En algunos aspectos, no lo dudo. En el Reglamento trabajamos sobre el anterior, y dudo que haya grandes innovaciones. En los Estatutos, como ya comenté, se parte de una nueva redacción y supongo que habrá diversas propuestas para modificarla, pero supongo que será fácil llegar a un consenso de mínimos para que luego se enmienden durante el proceso. Yo, sinceramente, no estoy muy conforme con la propuesta; no dice ninguna barbaridad, desde luego, y el esfuerzo por clarificar la estructura y quitar mucha paja es encomiable, pero tampoco hay cambios significativos.

Ya dije que me parecía que, en un debate de este calado (al menos del calado que anticipan muchas reflexiones individuales y colectivas que pot ahí circulan), había que abrirse a cambios importantes. Eso suponía no centrar el debate en pequeñas enmiendas de matiz sobre el mismo modelo; pero también señalaba que los grandes cambios no podían preceder al debate y estar en el papel inicial. La propuesta, y lo digo sin desmerecer el trabajo de un compañero que solo ha desarrollado el criterio marcado, es una conjunción de ambos defectos: se presenta como un documento nuevo pero no he conseguido encontrar diferencias de calado.

Eso sí, si hay amplio acuerdo entre el resto de compañeros y compañeras no seré yo quien impida el consenso. Desde el momento en que haya una propuesta, pues a trabajar las enmiendas, a consensuarlas si se puede con mucha gente para que se debatan en muchas partes, y veremos lo que sale.

Pero me temo que lo de los documentos políticos será otro cantar. Salvo sorpresas, no tiene visos de mejorar la cosa y seremos incapaces de sacar un solo papel para el debate. Y eso no tiene perdón: no me creo que yo sea aquí el único abierto de mente que encuentra ideas interesantes en prácticamente todo lo que se escribe desde muy diferentes ópticas. Hacer un documento de mínimos es facilísimo, solo hace falta la voluntad de renunciar por todas las partes a puntos polémicos e intentar introducirlos después en el debate. O incluso plantear un documento alternativo completo. Pero teniendo clara una base.

Dice Nuet que "acaba el tiempo de los manifiestos y empieza el de la síntesis". Puedo estar de acuerdo en lo de la síntesis, pero no en lo de los manifiestos. Precisamente eso es lo que ha permitido a alguna gente agarrarse a un clavo ardiendo para evitar el consenso: los manifiestos rompían el marco unitario. Pero eso no debe ser así, los manifiestos animan el debate, sirven de referencia para militantes, pero no tienen que ver con el trabajo de redacción de las tesis para la Asamblea. El tiempo de lo que suponen los manifiestos está aún más vigente a partir de ahora. Es una expresión colectiva que deberá tener reflejo, si no quiere convertirse en un movimiento cupular, en los debates de las asambleas de base. Unos lo harán a través de partidos o corrientes, otros a partir de plataformas o reagrupamientos. Otra mucha gente a nivel particular, por supuesto. Pero si entendemos que el tiempo del debate de ideas acaba en la Comisión Unitaria, mal vamos.

Veremos qué nos depara esta tarde. Mañana os cuento.

P.D.: Mi opinión está clara y espero no condicionar, pero recuperamos la buena costumbre de las encuestas. A la izquierda os dejo una sobre el tema.

martes, 3 de junio de 2008

Comisión Unitaria 2 de Junio: frustración y pérdida de tiempo

Sí, no lo he podido evitar. Mezclo información y opinión desde el título, así que si nunca debe interpretarse esto como un acta, hoy menos.

Partí de nuevo corriendo con mi bici a la estación, tras fichar antes de tiempo, con la ilusión de que la reunión iba a ser más interesante: el 14 de Junio hay Consejo Político Federal y antes de eso tenemos que ofrecerle unos documentos (político, de estatutos, reglamento, etc.) para que los debatan y aprueben y pueda iniciarse el debate en las bases. Con lo cual, aunque por trabajo Justificar a ambos ladosno puedo estar en las subcomisiones que hacen el trabajo menudo y me limito a enviar cosas por correo electrónico, al menos en el Pleno de la Comisión podría enterarme de cómo está la cosa y opinar. Entre la reunión de ayer y la del próximo lunes debería quedar la cosa finiquitada.

Tras coger el metro, llegué a Olimpo a las 16:40, y la reunión ya llevaba unos minutos. Parece que volvíamos sobre algún fleco de los temas económicos tratados en la reunión anterior. Como el tema se me escapa y llegaba tarde para enterarme, hice recuento de asistencia: Diego Valderas (de forma excepcional, entiendo), Willy Meyer, Fernando Sánchez, Miguel Ángel Gómez, Lola Sánchez, Joan Josep Nuet, Carlos Penit (Madrid), Ángel González (Asturias), Serafín Llamas (Ezker Batua), Miquel Ramón (Balears), Manolo Cámara, Cayo Lara, Adolfo Barrena, Antonio Cortés, Javier García (CUT), Francesc Matas y yo mismo. Posteriormente se sumaron Javier Alcázar y Montse Muñoz.

Lo que creía que era un fleco nos llevó algo más de tres horas. No haré un resumen pormenorizado porque carezco de todos los datos y solo liaría todo más. Valga decir que, como señaló Cayo Lara, cuando empezaron a realizar el informe de viabilidad económica solo se tenían datos de deudas de las federaciones por no haber aportado su porcentaje de las cuotas (narices tiene), pero que según se ha ido avanzando un poco más y exigiendo ese pago han aparecido deudas del federal para con estas mismas federaciones. Nadie las ha puesto en duda, pero sí se ha mandatado a Cayo y Antonio Cortés que se trabaje sobre lo constatable, sobre lo que haya base documental. La diferencia en la estimación era notable: por un lado se calculaba una deuda hacia el federal y por el otro hacia Andalucía, con cifras que a los de zona blanca nos impresionan. Parece que la reunión para arreglarlo había acabado como el rosario de la aurora y al no haber consenso se traía a la Comisión.

Como a mitad de la discusión se me ocurrió decir que algo en lo que no hay acuerdo cabe dirimirlo en un órgano que vote, pero no en la Comisión que funciona por consenso y encima sin tener todos los datos. Todo el mundo me dio la razón, pero se siguió porque entre medias se habían ido sacando todo tipo de trapos sucios, algunos que venían al caso de refilón y otros que ni por asomo. Y además, se llegó al punto de plantear ciertas cuestiones como "casus belli" por parte de Andalucía, a través de Meyer, que lo hizo con un tono de advertencia que no gustó nada a otra mucha gente.

Podría entrar al detalle de quién creo que tenía razón en tal o cual aspecto, porque hubo de todo, pero tiene poco interés. La sensación final fue la de que estos temas están paralizando el trabajo de la Comisión y el goteo de reclamaciones no deja buena impresión acerca de la buena voluntad de todo el mundo para que las cosas funcionen bien y ágilmente. Igual me equivoco, pero me resultó elocuente la queja de Cayo Lara que, como bien dijo, está descuidando su tarea de Coordinador en Castilla la Mancha para ayudar en esto y cada vez le aportan datos nuevos que le hacen imposible cuadrar las cuentas y dejar este tema cerrado. Finalmente volverán a reunirse con los representantes andaluces para intentar entenderse, acudiendo Valderas y Nuet para procurar un mejor clima.

Pasadas ya las siete, comenzamos a hablar del trabajo de las subcomisiones. La organizativa nos llevó cinco minutos de explicación de Nuet: ha habido un debate interesante, se han visto bastantes puntos de acuerdo sobre qué debe cambiarse y se ha optado por la redacción de nuevos estatutos en vez de una reforma. Se le encargó al compañero que trabaja los temas jurídicos en el Grupo Parlamentario y lo entregó ayer. Aún no lo he podido leer, pero lo que me importa es que ya hay una metodología apropiada.

Todo lo contrario que lo que ocurre en el grupo de los documentos políticos. Parece que desde el primer momento vieron difícil la posibilidad de llegar a un documento unitario sobre el que trabajar. Unos lo achacan a diferencias irreconciliables en una primera "tormenta de ideas" y otros a la cerrazón de una parte desde el primer momento, y la voluntad de que hubiera varios documentos. Lo mismo me da: a mí entender no hay excusas. Es increíble que para un documento como los estatutos, en los que no caben ambigüedades, se confíe en una persona para que haga el borrador, y no para el político. Después ya se enmendará todo lo que haga falta, digo yo. Se puede hacer tan insulso que no se moje en lo fundamental; vale, pues que se enmiende después y se refleje la voluntad mayoritaria. O al contrario, que se recoja casi todo y cada cual verá qué le sobra y si la militancia está de acuerdo. Me parece tan sencillo que creo que no merece más explicación.

Según me cuentan, aunque yo me fui a casa disgustado, la discusión transcurrió y esa impresión que transmití yo fue muy mayoritaria. Tanto que Willy Meyer y los representantes del PCE, que eran quienes defendían que hubiera varios documentos, accedieron a retomar el tema en la subcomisión e intentar un acuerdo de mínimos sobre el que trabajar. Todo esto ya es de oídas, de modo que solo lo cuento para que se sepa qué salida se le ha dado. Por lo que me dicen también fedraciones críticas con la dirección federal, como Aragón, Castilla la Mancha o Murcia abogaron por darle salida a esto, porque lo contrario habría sido una nueva frustración para la militancia. Allí mismo, por ejemplo, el representante de la CUT había dicho que si no había acuerdo debía "consensuarse el disenso" y ofrecer a todo el mundo la posibilidad de presentar documento en un plazo. Y, como es normal, anunciaba el de su corriente: ¿podéis imaginar la de papeles que habrían salido?

Ya digo, me dan una buena noticia mientras escribo esto, pero ayer volví a casa con una enorme sensación de frustración, de haber hecho un viaje para nada y de tener una enorme incapacidad como organización. A veces, solo a veces, se distinguen en la Comisión ataques de sentido común que son absolutamente transversales, que dependen de la sensatez personal y se escapan a la lógica de grupos, manifiestos y demás. Eso me pone un puntito de ilusión y esperanza, sobre todo porque intuyo que eso se hace más común cuanto más se aleja uno de allí; quizás eso aún pueda salvarnos.